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  • Foto del escritorDiego Da Costa

'Dilili en París': Sororidad histórica

Michel Ocelot vuelve a la gran pantalla con Dilili en París, película con la que se ganó el galardón a la mejor película de animación en los premios César. También estuvo presente en el Festival de Cine Internacional de Shanghai, nominado a mejor película animada. En España, igualmente, estuvo nominada en el Festival de Cine Internacional de Sitges.


Ocelot es uno de los realizadores franceses de animación mejor valorados alrededor del mundo. El francés en 1981 se llevó el premio a la mejor película de animación por "Los 3 inventores", uno de sus primeros trabajos en los BAFTA. En el Festival de Cannes fue nominado en dos ocasiones, en 1987 por "Les quatre voeux du vilain et de sa femme" y en 2006, por "Azur y Asmar", uno de sus títulos más famosos. Dilili en París en cines de España el 31 de mayo de 2019.



Ficha Técnica

Título: Dilili en París Título original: Dilili à Paris


Reparto: Prunelle Charles-Ambron (Dilili) Enzo Ratsito (Orel) Natalie Dessay (Emma Calvé) Liliane Rovère (Louise Michel) Elisabeth Duda (Marie Curie / Gertrude Stein / Condesa Greffülhe / Madeleine Lemaire)


Año: 2018 Duración: 95 min País: Francia Director: Michel Ocelot Guion: Michel Ocelot Música: Gabriel Yared Género: Animación Distribuidora: La Aventura Audiovisual



El cisne narrativo

Michel Ocelot vuelve a envolver al espectador en una oda a la cultura y la propia humanidad con Dilili en París. Una obra visual de alta categoría, que demuestra una vez más que las películas dedicadas al público infantil no deben ser de recurso fácil y sin profundidad. Un guion sin enrevesado excesivo y con una historia hecha a medida para grandes y pequeños. Lleva al espectador hasta la París de la Belle Époque. La trama comienza de una forma sencilla: el encuentro entre la protagonista del film, Dilili, y su joven amigo, Orel. La manera en la que comienza un thriller más inocente, hará ver que el público está ante una obra con sentido, con un mensaje universal de libertad y entendimiento. Un planteamiento simple que busca ir más allá y lo consigue. Su transformación llega directo al corazón del espectador.


Uno de los puntos más destacables es la forma en la que va encadenando tramas, que en un principio no tienen mucho que ver. La elegancia con la que se realiza, además de tener una coherencia narrativa exquisita, provoca que sea imposible que el espectador se aburra. Además, de una forma distendida y original, consigue explicar al público la forma de pensar de la época, su estructura social y hasta los miedos del pueblo llano. Es interesante ver el estilo de vida de entonces e incluso, hace reflexionar sobre la actual situación social. Ocelot vuelve a interesarse por hacer un análisis del paso del tiempo, la educación e incluso, la riqueza de una multiculturalidad, que se hace muy tierna. Otro de los puntos a subrayar es la introducción musical e histórica que se hace, cuidando todo detalle y explicando lo que ocurre sin caer en la redundancia intelectual.



Feminismo educativo

El feminismo está en pleno auge y se ha convertido en uno de los movimientos reivindicativos más importantes de los últimos tiempos. En Dilili en París se hace de una manera muy elegante, con una gran agudeza narrativa y visual. No recurre al uso fácil de “ser feminista, por ser feminista” como han utilizado otros filmes de este 2019 como "Capitana Marvel". Realiza un homenaje muy trabajado con las figuras femeninas más importantes de principios del siglo XX, reivindicando su importancia en la historia, que a veces parece olvidada. El protagonismo recae en grandes talentos como Emma Calvé, una célebre soprano francesa; la intelectual Louise Michel; la gran científica Marie Curie y una de las actrices francesas con más éxito del momento: Sarah Bernhardt. La función principal de estas figuras junto con Dilili son el grueso del peso fílmico del largometraje.


Luego, el conflicto y el misterio que se esconde detrás de los secuestros es sobrecogedor. No es algo que se espere en un film orientado hacia el público de menor edad, pero que impactará tanto en niños como adultos. Una reflexión de cómo todavía hay un gran camino que recorrer. Ocelot realiza un análisis sobre la imagen de la mujer y la lucha que se está realizando todavía en la actualidad. Pese a tratarse de una historia de ficción, se convierte en una obra importante de ver. No hay mejor arma que la propia educación y fomentar la igualdad. Una metáfora de la batalla contra la mentalidad heteropatriarcal, llevado al extremo pero que escenifica visualmente a la perfección lo grave que es el problema en este tipo de personas. El sello de identidad de Ocelot se ve en esta obra, por lo que no hay oportunismo temporal.



La magia creativa

El estilo artístico de Dilili en París sigue la estela de las anteriores obras de Michel Ocelot. En la industria cinematográfica está totalmente consolidado, gracias a mantener la animación clásica que comenzó en "Kirikú y la bruja", uno de sus proyectos más conocidos. Aún así, el realizador francés ha sabido innovar con este film, mezclando la animación tradicional que le caracteriza con imágenes reales de la capital francesa. Las recreaciones son tan realista que se convierten en un viaje visual histórico que es muy interesante de disfrutar. Los detalles están muy cuidados y el acabado de los distintos barrios de la época están muy bien construidos. El recorrido que se hace, compone un “tour” para el espectador, que acabará seducido por la ciudad del amor. París en su época dorada con sus luces y sombras.


Es importante la elección de los colores. La paleta utilizada crea un impacto visual y una elevación de los elementos artísticos que consiguen enganchar al público de principio a fin. Además, no hay un sistema de color único, sino que saben adaptarse con la línea narrativa en pantalla. Un magnetismo que es de aplaudir. Se convierte en un proyecto valiente, en especial por la época actual de la industria, plagada de 3D. También cabe destacar la importancia de la música, ya no solo en el argumento sino como expresión estética. Atractiva y original. Por último, cabe recalcar que no es un largometraje de animación al uso y por desgracia, podría haber una parte del público que por la primera impresión no llegue a verla. Está orientada hacia la infancia, pero sigue siendo muy madura, por lo que conecta también con los adultos. Cine familiar social en estado puro.



Conclusión

Dilili en París es una película de animación con un gusto artístico y educativo de gran importancia social. Un largometraje con un mensaje feminista, que aporta una fuerza cinematográfica con metáforas visuales que conectarán con pequeños y grandes. Un guion que sabe mantener el misterio y no decae en ningún momento. Unas protagonistas muy bien desarrolladas narrativamente. Un repaso histórico por mujeres que marcaron a la sociedad y algunas veces son olvidadas. Una cinta que merece la pena ver. Igual que el París de principios del siglo XX, enamora a todo aquel que lo ve.

Artículo publicado originalmente en Cinemagavia. Puedes leerlo aquí.

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